23 Judas seguía tenazmente en su persecución, acuchillando a
aquellos criminales; llegó a matar hasta 30.000 hombres.
24 El mismo Timoteo cayó en manos de los hombres de Dositeo y
Sosípatro; les instaba con mucha palabrería que le dejaran ir salvo,
pues
alegaba tener en su poder a parientes entre los cuales había
hermanos de
muchos de ellos, de cuya vida nadie se cuidaría.
25 Cuando él garantizó, después de muchas palabras, la
determinación de restituirlos sanos y salvos, le dejaron libre con ánimo de
liberar a sus hermanos.
26 Habiéndose dirigido al Carnión y al Atargateion, Judas dio muerte
a 25.000 hombres.
27 Después de haber derrotado (y destruido) a estos enemigos, dirigió
una expedición contra la ciudad fuerte de Efrón, donde habitaba Lisanias,
con una multitud de toda estirpe. Jóvenes vigorosos, apostados ante
las
murallas, combatían con valor; en el interior había muchas reservas de
máquinas de guerra y proyectiles.